En una era en la que las relaciones comerciales se están volviendo cada vez más impersonales, gracias al auge de las compras a distancia, hay un elemento que se está convirtiendo en el factor diferencial entre los negocios en la red que quieren mimar hasta el último detalle con sus clientes y los que se limitan a tener una tienda online. Se trata del blog corporativo, una plataforma en la que tanto los consumidores como los vendedores intercambian información y que se ha convertido en el impulso definitivo para las empresas que deciden dar el salto a Internet.
El blog es el punto de encuentro en el que las dudas del cliente pueden despejarse de un solo vistazo, como cuando se le preguntaba al propietario del establecimiento físico alguna duda sobre el producto. Esta herramienta permite que la confianza del consumidor crezca y le aporta un valor añadido a todo negocio que se quiera desenvolver en la Red. Eso sí, a la hora de contar con este elemento, hay que tener claras una serie de premisas para que la imagen de la marca se vea fortalecida y se puedan aprovechar todas sus potencialidades.
A la hora de crear un blog, en primer lugar hay que tener claro que en la web puede encontrarse una cantidad ingente de información. Por ello, es fundamental aportar ideas nuevas y de calidad, relacionadas con los productos que ofrezca la empresa y, sobre todo, originales. Copiar contenido de otras páginas crea un efecto muy negativo, en especial en un entorno en el que citar a otros sitios, o incluso enlazarlos con vínculos externos para mantener al lector en el nuestro, es un indicativo de prestigio.
En el aspecto formal, estos vínculos siempre deberán estar indicados con una frase completa y con sentido, dañando el estilo las habituales “pinche aquí”. Asimismo, a la hora de comenzar a escribir un post o una información, es fundamental que la idea principal se encuentre en el titular, que debe ser además lo más atractivo posible. Los subtítulos y otros elementos tipográficos ayudarán al redactor a destacar el resto de palabras clave.
Frases cortas, composiciones sencillas, sinónimos y claridad en la redacción son otros de los ingredientes que permitirán atraer la atención del lector. Una vez terminado el texto, que debe contener al menos 400 palabras, el trabajo no finaliza cuando se suba al blog. Es importante darle una adecuada difusión al post en las redes sociales, compartiéndolo en diferentes plataformas para llegar al mayor número de gente que le pueda interesar. Se trata, por tanto, de fórmula infalible para que la imagen de la empresa se vea fortalecida y se extienda, al tiempo que se estrechan las relaciones con los usuarios.
Si necesitas ayuda para poner en marcha tu blog y comenzar a dotarlo de contendido, en Creative Studio tenemos a un equipo de profesionales dispuesto a ayudarte a dar tus primeros pasos. Un impulso que supondrá el despegue definitivo para tu negocio en Internet y con el que tu empresa se implantará con solidez en el mundo digital.